El Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC) considera que tras el accidente de Germanwings, ocurrido el 24 de marzo de 2015, se deben corregir aquellos procedimientos o situaciones que pueden afectar a la seguridad de las operaciones, especialmente los procesos de certificación médica para el personal de vuelo y el control que las autoridades aeronáuticas deben ejercer al respecto, como responsables últimas de los procedimientos de seguridad.
En este sentido, para el COPAC el informe de la comisión francesa de investigación de accidentes aéreos (BEA) refleja carencias y fallos en el proceso de certificación médica por parte de la autoridad aeronáutica alemana. La liberalización del transporte aéreo y la falta de mecanismos de control conjuntos a nivel europeo hacen necesarias medidas correctoras, como políticas de prevención justas y equilibradas y una armonización normativa que no genere conflicto.
De acuerdo con las recomendaciones del informe de la BEA, todas las medidas que contribuyan a mejorar la seguridad de las operaciones, como puede ser un seguimiento más estrecho de los profesionales que hayan tenido algún problema de salud mental previo, son bienvenidas siempre que se efectúen bajo normas claras y bien definidas.
El COPAC valora positivamente la recomendación de crear programas de apoyo para los pilotos que ofrezcan una asistencia especializada y un tratamiento adecuado que favorezca la rehabilitación del piloto. En este sentido, el COPAC trabaja desde hace meses en un programa de prevención y recuperación que deberá contar con el apoyo firme del Ministerio de Fomento para ser efectivo.
Por otro lado, el informe técnico del accidente pone de manifiesto el marco socio-económico del piloto, para quien perder su licencia de vuelo por causas médicas supone el fin de su carrera profesional. De igual forma, al desgaste físico y psíquico que genera la profesión de piloto, en los últimos años hay que sumarle un contexto profesional cada vez más exigente, inestable y estresante, con nuevos modelos de contratación y relación entre las compañías y los pilotos, en ocasiones contratados como autónomos o a través de intermediarios.
Únicamente en entornos de confianza y en organizaciones estables y estructuradas podrán funcionar los programas propuestos para ayudar a los pilotos que puedan verse afectados por algún problema de salud mental.
De igual forma, el informe de la BEA demuestra la vinculación de la profesión de piloto con la seguridad de las personas y la gran responsabilidad que el piloto asume en la gestión de cada vuelo, lo que le obliga a estar en perfectas condiciones físicas y psíquicas.
Más allá de las circunstancias personales del copiloto del vuelo 4U9525, quien según la investigación técnica de la comisión de investigación francesa, sufría trastornos mentales con síntomas psicóticos y estrelló el avión de manera intencionada, para el COPAC este accidente pone de manifiesto la necesidad de que a nivel global operadores aéreos, autoridades aeronáuticas y profesionales del sector reflexionen sobre las consecuencias que la profunda transformación de la aviación está provocando.
Por último, el COPAC expresa su confianza en los procesos de certificación médica de la autoridad aeronáutica española y se pone a su disposición para colaborar en cualquier medida que considere necesario implementar para ofrecer el mejor servicio posible a los usuarios del transporte aéreo.